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Justice in the Marketplace in Early Modern Spain examines two late scholastic economic treatises, the Provechoso tratado de cambios of Cristóbal de Villalón (1542) and the Instrución de mercaderes of Saravia de la Calle (1544). It does this in the context of the two principal questions that economic historians pose concerning the economic literature of the Spanish late scholastics in general. Is there a clear link between this literature and modern economic science, and does it manifest a free market orientation? Michael D’Emic draws two conclusions. First, there is a palpable relationship between the work of these two authors and modern economic analysis, particularly that of financial economics. Second, the authors fundamentally disagreed on most questions, mostly concerning the justice of the free market. Villalón condemns the workings of the market and refuses to allow any possibility that the profit motive may be morally neutral. With considerable clarity, he articulates a cost of production theory of value and advocates a system of prices based upon labor and cost and administered by civil authority. Saravia counters with an elegant expression of the utility theory of value and argues with logical force that prices established by the workings of the market are fundamentally just. He allows considerable moral latitude to the pursuit of profit, which he regards as spiritually dangerous but not necessarily evil. Through the lens of their opposing views on economic value, the market price, and what does or does not constitute the sin of ‘usury,’ the authors, with astonishing technical acumen, observe, analyze, and pass moral judgment on a remarkably wide range of complex transactions, most of which have counterparts in twenty-first century financial markets. In the process, they tackle problems that still bedevil economists and accountants in our own day, such as the difference between a sale and a borrowing, the ‘just’ value of future income flows, and the presence of asymmetrical information in pricing. The result is a vivid record of the color and texture of early modern economic life that reveals a surprising degree of financial sophistication that the present book makes accessible to the modern reader.

¿Crisis del periodismo? Claro. Pero no es nueva. No hay que confundirla con los efectos de la crisis económica que se inicia a partir de 2007-2008. La crisis del periodismo está ahí, casi desde siempre, desde el momento en que los periodistas tropiezan con 6 “Pes”: - la P de Propiedad de los medios que proyectan la información, - la P de Publicidad, - la P de la influencia Política, - la P de Producción de la noticia sobre la base de redacciones pasivas a las que “se les olvida” salir a la calle a buscar noticias propias y transgresoras, - la P de Públicos que van buscando aquello que desean oír y no aquello que sucede, y - la P de Periodismo en forma de periodistas más cercanos a sus empresas y a lobbies de poder que al propio Periodismo. La crisis del periodismo es un reflejo fiel de la crisis del sistema de mercado, cau-sante de una sociedad angustiada e insolidaria. Si el sistema de mercado se siente inseguro en el laberinto que él mismo ha creado, pero a la vez es dueño del periodismo “de masas”, lo más habitual es que al receptor le llegue un periodismo “light” dominado por las pugnas políticas, el acoso y derribo al disidente, las catástrofes y sucesos, el entretenimiento (no inocente), el sensacionalismo, amarillismo el periodismo “rosa”, el deporte y la información meteorológica. El poder público sirve para centrar en él casi todas las “bofe-tadas” porque, ¿cómo morder la mano de tu señor? Sin embargo, el poder del mundo no es exactamente público sino privado. Como el periodismo se ha alejado de los ciudadanos, los ciudadanos bus-can su información en otros lugares alternativos, así ha ido creciendo la crisis del periodismo que se ha agravado con la crisis de un sistema que busca nuevos modelos de negocio en muchas ocasiones a costa del periodismo. Menos mal que, al mismo tiempo, aparecen iniciativas, aún por consolidarse, que aportan una esperanza para el desarrollo del conocimiento.