"To love [God] with all your heart, with all your understanding and with all your strength, and to love your neighbor as yourself is more important than all burnt offerings and sacrifices." –Jesus' words in Mark 12:33 Without question the crucial issue in living the Christian life is the condition of your heart. Actions may be temporarily deceiving, but ultimately our outward behavior will reflect what's inside, because our internal attitudes form who we really are. Those inner attitudes are also what God deems most important. In this book one of Christianity's most respected Bible teachers and pastors examines the foundational attitudes, or "pillars," of Christian character as outlined in God's Word. Pillars such as genuine faith, obedience, humility, selfless love, forgiveness, self-discipline, gratitude, and worship. To some degree each trait, on its own, marks a person as one of God's own and reveals an active, living faith. Each is an essential element of mature Christianity. But there is transforming power when you combine them in your everyday living as God commands. Your character will be grounded in godliness; you will see things from an eternal perspective; and your faith, your actions, your witness to others will be revitalized from the inside out.

&¿ Llevas una vida espiritual saludable? &¿ Qué implica superar las pruebas y tribulaciones de la vida cristiana? &¿ Con qué criterio hemos de medir nuestra rectitud?Estas son solo algunas de las t&í picas preguntas que plantean hoy los libros m&á s populares de ayuda espiritual y vida cristiana. Son preguntas que a menudo conducen a respuestas deficientes que solo causan mayor incertidumbre en los lectores respecto a la fe que se les concede por medio de Cristo crucificado.El Dr. Steven Hein les da un giro a estas preguntas, y ofrece una perspectiva radicalmente distinta sobre c&ó mo es la verdadera vida cristiana. En contra de la opini&ó n popular, el cristianismo no se trata del é xito o los logros, ni deber&í a enfocarse en el Cristo resucitado glorificado. Antes bien, el cristianismo siempre ha estado centrado primordialmente en aquella antigua y cruenta cruz, donde Cristo fue crucificado por ti en su plena humanidad y plena divinidad.

Si vamos a seguir adelante y a restablecer nuestra vida a ser un discípulo que es lo que el Padre tiene en mente para nosotros, tenemos que volver a la fuente original de toda la verdad para que como adultos, no como niños de pecho aún chupando la botella de un bebé llena de una fórmula religiosa, lleguemos ya a consumir el alimento sólido que siempre ha sido fijado en la mesa del Señor, como se señala en Hebreos 5:12: "Porque a pesar de que a estas alturas ya deberían estar enseñando a otros, en realidad ustedes necesitan a alguien para enseñarles otra vez los primeros principios de la Palabra de Dios. Habéis llegado a tener una necesidad de leche, y no alimento sólido." Por lo tanto, es tiempo de deshacerse de ese chupete religioso que ha puesto al cuerpo de Cristo en un sueño profundo, chupando nada más que palabras huecas que salen de los púlpitos y atriles, y conseguir el coraje de hacer la elección de volver al verdadero maestro y tutor, el Espíritu Santo. Seamos conscientes de que ya tenemos la habilidad y la perspicacia de reconocer la voz del Buen Pastor como Jesús nos dijo en Juan 10:27, "Las ovejas que son mías, oyen y están escuchando mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen." ¿Suena esto como si vamos a oír y seguir a un papa, profeta, sacerdote o cualquier otra persona que quiere entrar a su billetera? Pero más importante, ¿resuena esto en su espíritu, conocimiento y mente? Si no lo es así, esto podría ser la razón por la cual el cuerpo de Cristo es corto en fe y de larga al fracaso y la falla, algunos no lo hacen, sino que rehúsan escuchar la voz del Pastor principal ignorando Romanos 10:17, donde Él nos exhorta: "Así que la fe viene por oír (lo que se cuenta), y lo que es oído viene por la predicación (del mensaje que proceden de los labios) de Cristo (el Mesías mismo)." Es lamentable que la mayoría prefieren ser llevados "como botín o te haces vos mismo cautivo de la llamada de la filosofía o el intelectualismo y falaces y vanas (ociosas fantasías y plena tonterías), siguiendo la tradición humana (las ideas de los hombres de lo material en lugar a la del mundo espiritual), solamente nociones crudas que siguen las enseñanzas rudimentarias y elementales del universo ignorando [las enseñanzas de] Cristo [el Mesías]" (Colosenses 2:08). Una vez más, ¿están estas escrituras diciéndonos que el mensaje de Cristo viene de la boca de un papa católico, un presidente mormón o de un ayatolá? Por supuesto que no, ya que la voz de Dios se escucha sólo a través de su Espíritu Santo, que es el vocero del Jesucristo mismo, punto final de la historia. ¿Por qué no puede el cuerpo de Cristo, discernir que su único deseo es hacernos crecer, captar Su visión y poner en práctica su método e instrucción de estudiar Su Palabra? Y en llegar ahí en fe, ponerla en acción para activar su poder en cada momento de nuestra vida, hasta el día que Él regrese.

Pedro Menéndez de Avilés (1519–1574) founded St. Augustine in 1565. His expedition was documented by his brother-in-law, Gonzalo Solís de Merás, who left a detailed and passionate account of the events leading to the establishment of America’s oldest city. Until recently, the only extant version of Solís de Merás’s record was one single manuscript that Eugenio Ruidíaz y Caravia transcribed in 1893, and subsequent editions and translations have always followed Ruidíaz’s text. In 2012, David Arbesú discovered a more complete record: a manuscript including folios lost for centuries and, more important, excluding portions of the 1893 publication based on retellings rather than the original document. In the resulting volume, Pedro Menéndez de Avilés and the Conquest of Florida, Arbesú sheds light on principal events missing from the story of St. Augustine’s founding. By consulting the original chronicle, Arbesú provides readers with the definitive bilingual edition of this seminal text.

This rich, interdisciplinary collection of articles offers fascinating new insights into the history and culture of Sephardic Jewry both in pre-Expulsion Iberia and throughout the far-flung diaspora.

La pedagogía religiosa del jesuita Diego Muñoz, en continuo contacto con las comunidades cristianas como infatigable misionero popular, no sólo sabe descubrir las necesidades del pueblo de Dios, sino que acierta en dar soluciones adecuadas. Este catecismo popular de la penitencia abarca el tema del sacramento de la reconciliación en todas sus vertientes: qué es, por qué es necesario, las condiciones para su adecuada celebración, cómo prepararse para recibirlo con provecho espiritual. El júbilo de recibir este sacramento queda perfectamente reflejado en las palabras de Jesús, sobre todo, en la parábola del hijo pródigo: un pecador que vuelve a la casa paterna; júbilo, porque es infinita la misericordia de Dios cuando perdona; júbilo porque queda atrás la tristeza del pecado y de la muerte, y el cristianismo se pone de cara a Dios y a la vida.