He aquí la 3ª edición, 1ª en ACCI (Asociación Cultural y Científica Iberoamericana), de una obra basada en una larga experiencia. Presenta un modelo teórico-práctico para trabajar en Orientación y Terapia Familiar y construido sobre la base de lo vivido por el autor desde que fundó "Stripe" en 1965. El cuerpo doctrinal del volumen contiene una sólida teoría que integra cuanto constituye en este momento lo más actual de la Orientación y la Terapia Familiar desde el enfoque sistémico más consolidado. Los nuevos apéndices muestran un conjunto de herramientas que permiten llevar a la práctica todo lo que se asienta y deriva del paradigma que se defiende aquí. En manos de los terapeutas y orientadores actuales y del futuro, así como de cuantos se dedican a la formación de los mismos en Escuelas de Terapía Familiar, Masters de Familia y Parejas, cursos de licenciatura y doctorado relacionados con materias afines a las ciencias de la familia, este volumen servirá para adquirir las habilidades terapéuticas de los expertos que trabajan en este terreno. El autor ha plasmado aquí cuanto ha visto y tratado a lo largo de casi 29 años de trabajo clínico con familias y parejas. No es, por ello, fruto de una reflexión hecha bajo la luz de una lámpara en una mesa de estudio. Es lo que ha palpado en la realidad de la dinámica de la familia como grupo en crecimiento. A su valor clínico se une una vertiente pedagógica de quien transmite en la docencia universitaria y con lenguaje comprensible lo que previamente ha aprendido en el terreno vivo de una consulta. En ello se unifica lo que afirma Yela en el prólogo: "Yo sé, como tú, que los alumnos de psicología piden la formación terapéutica que les falta. Tienen razón. Pero hay que dársela con seriedad y sosiego. Como algunos vais haciendo. Más vale un terapeuta experto y responsable, bien afincado en la ciencia, que cien aficionados ahítos de buenas intenciones y yernos de técnica y pericia". "...Eso creo que significa, amigo Ríos, tu obra: un intento de ayudar al hombre, en su circunstancia familiar y desde sus incontables zozobras y dependencias..." En manos de los orientadores y terapeutas de familia queda este volumen que supone la síntesis didáctica de una amplia experiencia.

Instrumento útil para todos, no sólo para quienes en las Universidades y Escuelas de Formación de Terapia Familiar se inician en el conocimiento de la problemática familiar y de pareja.

En las primeras páginas de este libro se señala que “cuando empezamos a trabajar con familias y parejas no sabemos lo que nos vamos a encontrar. Sólo sabemos una cosa: que aceptamos atenderles para ayudarles a caminar y a resolver sus dificultades”. Eso es cierto, pero creo que no completamente cierto. No sólo sabemos una cosa. Sabemos muchas más cosas. A lo largo de los años nos hemos formado como psicólogos y, lo sepamos o no, hemos acumulado una gran cantidad de conocimientos teóricos y aplicados. Nos habremos especializado en el uso de algunas herramientas de evaluación, tests y de algunos conocimientos concretos propios de una escuela u otra. Habremos leído libros de especialización en una enfermedad o en un enfoque terapéutico. Seguro habremos asistido a cursos monográficos o de profundización en temas concretos. También habremos estado en algún congreso para estar pendientes de los últimos avances sobre una enfermedad, o sobre las nuevas tecnologías en los tratamientos…. Esto forma parte de las cosas que también sabemos, aunque no seamos conscientes de ello. En el campo de las lesiones cerebrales es común el término anosognosia. Éste hace referencia a la falta de conciencia de las dificultades que suelen mostrar algunos pacientes con una lesión cerebral. Muchos de ellos consideran que su rendimiento cognitivo es perfectamente normal y, sin embargo, éste se puede verse gravemente alterado, mostrando importantes dificultades de lenguaje, memoria, atención, percepción o resolución de problemas. Estos pacientes no son conscientes de las dificultades que presentan por muy evidentes que sean para el resto de personas que les rodean. Algunos autores han tratado de explicar cómo funciona esta falta de conciencia de las dificultades. Entre ellos destaca Fleming que, en 1996, dividió la conciencia de las dificultades en tres niveles de gravedad. En un primer nivel, el conocimiento del déficit, en el que los pacientes conoc...