En las tradicionales y, en muchos casos, anquilosadas facultades de derecho es común que se viva en una sangrante contradicción: sus profesores no pierden oportunidad para cantar las virtudes del trabajo interdisciplinar; pero cuando hay ocasión y toca colaborar en el análisis y estudio de temas que admiten tratamiento común por disciplinas jurídicas diversas, aquella proclamada fe se torna en resistencia, cuando no en abierta desconfianza. Estamos acostumbrados a ver las supuestas fronteras disciplinares como auténticos cotos que delimitan los temas a los que cada uno puede acceder, como si en este complejo e inter-relacionado mundo, los temas de investigación pudieran ser propiedad exclusiva de alguien por el mero hecho de ser profesor de esto o aquello o de ponerse en la tarjeta de visita el rótulo de especialista en algo. De este mal sabemos mucho en las universidades españolas, cuya tradición dominante, y aún persistente, con frecuencia lleva a aplicar al trabajo en las áreas académicas aquello que se dice del perro del hortelano: ni come ni deja comer. Algunas afortunadas coincidencias nos han ayudado a quienes firmamos estas líneas a sustraernos a esa tendencia. En primer lugar, una vieja amistad, comenzada hace más de 20 años en Alemania y mantenida a través de todas nuestras posteriores peripecias personales y académicas, hasta que el azar nos reunió como catedráticos de la misma universidad, la de León. En segundo lugar, la proximidad de compañeros y colaboradores que en nuestra universidad nos alientan y animan, y que en la empresa que aquí presentamos fueron determinantes. Debemos mencionar muy destacadamente al profesor José Manuel Paredes Castañón, sin olvidar al resto de profesores del área de Derecho Penal, en especial a la profesora Isabel Durán Seco. Fundamentales en la empresa han sido igualmente quienes en cada ocasión han asistido, participado y brindado su apoyo de manera constante y especialmente intensa algunos colegas de las universidades de Valladolid, Alcalá y Oviedo. En tercer lugar, el gozar de la amistad y la disposición constante de muchos de los más cualificados investigadores y mejores personas de nuestras dos áreas, Derecho Penal y Filosofía del Derecho. La prueba está en las páginas mismas de este volumen, en las que también merecerían constar muchos de los intensos debates que suscitaron. Todo esto nos ha permitido realizar, hasta el momento, cuatro seminarios interdisciplinares de Derecho Penal y Filosofía del derecho, en un clima de fructífero diálogo y de libre intercambio que a todos nos ha enriquecido. Presentamos en este libro sus resultados más tangibles con las ponencias de cada uno de esos seminarios. Vaya en primer lugar nuestra gratitud hacia todos esos conferenciantes que quisieron participar con nosotros, nos presentaron sus ideas y aceptaron ponerlas por escrito y que las publiquemos en su conjunto. Hacen favor con ello a nuestras dos disciplinas, pues bien demostrado queda que cuentan con investigadores del mayor nivel y bien dispuestos para el debate interdisciplinar y la superación de aquellos viejos prejuicios. Entre ellos y los asistentes (gratis et amore) se consigue en cada ocasión crear el clima opuesto a tanto congreso multitudinario que sólo busca el relumbrón momentáneo y la generosa financiación de instituciones con pocas luces, esa que a nosotros alguna vez se nos ha negado, dicho sea de paso. Muy clara ha de quedar nuestra gratitud para con la Universidad Externado de Colombia, que con generosidad acoge esta publicación en su muy prestigioso fondo editorial, ejemplo de esmero y amplitud de miras. Buena ocasión es esta también para rendir tributo a tantos amigos colombianos, penalistas y iusfilósofos, que, a lo largo ya de bastantes años, nos vienen honrando con su amistad y su colaboración. Hemos agrupado los trabajos bajo los rótulos de los seminarios en que se presentaron y en el orden de éstos. Sólo dos ponencias no figuran aquí, pese a su excepcional calidad y por causas ajenas a la voluntad de sus autores. Son la del profesor Tomás-Salvador Vives Antón, titulada "Principio de legalidad, interpretación y analogía en Derecho Penal", que se presentó en el tercer seminario cuyo tema era "Principio de legalidad, interpretación y Derecho Penal"; y la del profesor Juan Carlos Bayón, titulada "Daño, riesgo y bien jurídico", que se expuso en el cuarto seminario, sobre "Moral social, bien jurídico y Derecho Penal". Aunque el primero de nuestros seminarios tuvo lugar en 1999 y el último en 2001, todas las ponencias han sido revisadas por sus autores para esta publicación. Nuestro mayor deseo y el de todos los autores que nos acompañan es que nuestros debates y este espíritu de colaboración interdisciplinar cunda y se extienda, muy especialmente en Colombia, donde prácticamente todos nosotros hemos tenido la fortuna de trabajar alguna vez y donde sabemos, por eso, que existe un terreno fértil para que crezca la mejor universidad. Ojalá las circunstancias lo permitan como los colombianos, los buenos colombianos, merecen. Y que nosotros, todos nosotros, lo veamos. Miguel Díaz y García Conlledo, Catedrático de Derecho Penal; Juan Antonio García Amado, Catedrático de Filosofía del Derecho, Universidad de León.

Los presentes Estudios de filosofía del Derecho y Derecho penal tienen, en primera línea, un sentido revisionista y analítico. El libro recoge artículos sobre temas clásicos del Derecho penal (teoría de la pena, dogmática de la omisión, teoría de las normas, etc.), que son analizados desde unas coordenadas filosóficas que resultan familiares en nuestra tradición jurídico-penal. Sin embargo, la agudeza de los estudios que ofrece este volumen arroja como resultado señales de alerta sobre el modo en que estamos analizando el Derecho penal y sus principales instituciones. Por ello, subliminalmente es un libro de crítica al Derecho penal de hoy, pero una crítica que no estamos acostumbrados a leer por su profundidad y originalidad. Las debilidades y yerros de ciertos constructos dogmáticos y la incipiente moralización del Derecho penal son puestos al desnudo con maestría por Kurt Seelmann, quien al tiempo orienta su crítica hacia la construcción y evolución del saber jurídico-penal. Kurt Seelmann realizó estudios en Derecho y Filosofía en la Universidad de Múnich, donde también obtuvo el grado de doctor. Se habilitó en Derecho penal, Derecho procesal penal, Filosofía del Derecho e Historia del Derecho europeo en la Universidad de Sarre en Sarrebruck. Ha sido catedrático y decano en la Facultad de Derecho de la Universidad de Hamburgo, y en 1995 asumió la cátedra de Derecho penal y Filosofía del Derecho en la Universidad de Basilea.