La Palabra de Dios habla claramente: para ser bendecido, se tiene que bendecir primero. "Bendiciendo Jerusalén todo el año" es un libro que tiene el propósito de bendecir la capital de Israel - Jerusalén, de una manera práctica y sencilla. No utilizando nuestras propias palabras más proclamando versículos de la Biblia tomados de diferentes versiones. Aún cuando usted no pueda subir a Jerusalén en persona, usted puede utilizar este libro para orar y bendecir la Ciudad del Gran Rey sin salir de casa. Cada año durante el Pesaj (Pascua), los judíos se dicen los unos a los otros: "LaShana haba'ah, beYerushalayim" - ¡El próximo año será en Jerusalén! ¡Que el Señor le bendiga desde Sión! Y, ¿quién sabe? ¡El próximo año nos veremos en Jerusalén!

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Es la epopeya vivida por un caballero medieval, Frey Gian Galeazzo Ruspoli de la Orden de San Juan, medico y cirujano, enviado al Hospital de Jerusalén, ascendido a Bailío, luego a médico de la Casa Real, luego a Apóstol de la Vera Cruz. Participó desde entonces a todas las batallas del reino latino contra los musulmanes, viviendo grandes aventuras, desvelando algunos de los mayores secretos de la antigüedad y superando pruebas extremas. El relato de sus hazañas es el resultado de las múltiples entrevistas del espíritu del guerrero antepasado con el autor de la obra. Abarca temas de religión, historia, política, medicina, meditación, magia, esoterismo, superstición, locura, reliquias, viajes astrales, esclavos, asesinos, amazonas, intrigas, batallas, torturas, traiciones, venganzas, misterios, etc. y catarsis del protagonista que regresa finalmente a su tierra treinta años después. La saga de El Profeso está compuesta de momento por: El Profeso, Muerte en el Letrán, Muerte de Profesos, El Profeso en Tíbet y, en preparación: El Profeso y el diablo. El protagonista Gian Galeazzo está inspirado en la extraordinaria figura de Galeazzo Marescotti, héroe de Bolonia y absolutamente retratada en otra de sus novelas históricas, titulada: El Confaloniero.

Zvi Eyal was born Harry Klafter in Utrecht, the Netherlands. As a teenager, he was imprisoned in Westerbork, the Nazi transit camp whose purpose was to prepare Jews for extermination by creating a virtual reality, depicting a quasi-normalcy made possible by the victims' denial of the facts on the ground. Zvi finished high school in defiance of the ongoing extermination of Dutch Jewry. On the eve of his transport to Auschwitz he miraculously escaped, and with the courageous help of three Dutch families survived the war. The saga of his illegal aliyah to Palestine, participation in the War of Independence, the family he built, and the distinguished career he led in surgery exemplifies the ingathering of the Jewish people in its exaltation and glory. Zvi's tenacity and drive, coupled with the hospitality and humanity of those who opened their doors and their hearts during the years of fury, are testaments of hope in mankind's ability to overcome evil and seek a better tomorrow.