"Será sin duda deseada y muy bien recibida por muchos una orientación acerca de los actuales esfuerzos y direcciones referentes al Derecho penal y una exposición crítica de las nociones fundamentales del mismo desde el punto de vista filosófico-jurídico. Nada digo aquí acerca del derecho que la Filosofía compete de ser oída en esta cuestión, porque de ese derecho me ocupo expresamente en este mismo trabajo. Y aunque en el mismo campo de la verdadera doctrina acerca de los fundamentos del Derecho penal aparecen y día como necesarias y son objeto de animadas controversias muchas reformas, especialmente en lo relativo a la ejecución del castigo, no me detendré, sin embargo, en este particular, pues en el presente escrito sólo me propongo dilucidar los principios funda-mentales del Derecho penal". Viktor Cathrein.

La elaboración de los sucesivos sistemas de imputación jurídico-penal derivan siempre de una clara asociación con teorías de base, ya sean de la filosofía o de la sociología. La propuesta que inspira el presente libro es la senda inaugurada por Vives Antón, en el sentido de la adopción de la filosofía del lenguaje del segundo Wittgenstein, como la base estructural de la concepción de la teoría del delito. Esto, que bien se podría calificar de una teoría significativa del delito, constituye, seguramente, la más avanzada y, a la vez, humanista fórmula que se puede adoptar para la resolución de los problemas jurídico-penales que plantea la posmodernidad. En este libro se toma la acción como punto de partida, como eje de los sistemas ontológicos de teoría del delito para tratar de la evolución de la misma teoría del delito desde sus bases causal-naturalistas, hacia el evolucionado sistema significativo. En seguida, se replantea las funciones de la acción en dogmática jurídico –penal y sus problemas de delimitación a partir del paradigma del sentido

This volume addresses an important historiographical gap by assessing the respective contributions of tradition and foreign influences to the 19th century codification of criminal law. More specifically, it focuses on the extent of French influence – among others – in European and American civil law jurisdictions. In this regard, the book seeks to dispel a number of myths concerning the French model’s actual influence on European and Latin American criminal codes. The impact of the Napoleonic criminal code on other jurisdictions was real, but the scope and extent of its influence were significantly less than has sometimes been claimed. The overemphasis on French influence on other civil law jurisdictions is partly due to a fundamental assumption that modern criminal codes constituted a break with the past. The question as to whether they truly broke with the past or were merely a degree of reform touches on a difficult issue, namely, the dichotomy between tradition and foreign influences in the codification of criminal law. Scholarship has unfairly ignored this important subject, an oversight that this book remedies.