La poligamia consecutiva (tantos esposos o esposas como uno quiera, pero solo uno por vez) es ahora la norma aceptada en la sociedad contemporánea. No es algo que deba extrañarnos, ya que las restricciones sociales, legales, morales y económicas que mantenían a los matrimonios unidos durante toda la vida han sido erosionadas persistentemente en una era relativista donde todo vale. Lo que sorprende es que el divorcio y el nuevo matrimonio se están volviendo tan frecuentes dentro como fuera de la iglesia, aun entre líderes cristianos y especialmente en la corriente evangélica. Los creyentes han sido elocuentes acerca del aborto y la homosexualidad, aunque su Señor Jesús no dijo nada acerca de ninguno de estos temas. Sí dijo bastante acerca del tema de este libro, pero existe ya sea una renuencia a tomar su enseñanza al pie de la letra o una avidez por agrandar su “excepción” hasta convertirla en la regla. Este libro apela principalmente a aquellas personas para las cuales la Biblia es la autoridad final en todos los asuntos de creencia y conducta, en especial las que predican, enseñan o aconsejan a otras. El autor cree que la iglesia debería estar liderando al mundo cuesta arriba en vez de seguirlo cuesta abajo.

David Currie se crió en una familia cristiana devota en la que su padre era predicador fundamentalista, y ambos padres eran profesores en el Instituto Bíblico Moody (Moody Bible Institute). Toda la formación de Currie estaba inmersa en la vida del protestantismo fundamentalista—profesores de teología, presidentes de seminarios y fundadores de agencias misioneras evangélicas eran invitados frecuentes en su casa. Currie mismo recibió un título de Trinity International University y estudió en el programa de licenciatura en estudios teológicos (Master of Divinity) en Trinity Evangelical Divinity School. Escribió este libro con el fin de explicar a sus amigos y familiares fundamentalistas y evangélicos el porqué se hizo católico romano. Currie presenta una descripción clara, sistemática e inteligible de las razones de su conversación a la Iglesia antigua que Cristo fundó. Ofrece un debate detallado de las creencias teológicas y doctrinales que católicos y evangélicos mantienen en común, y también aquellas doctrinas clave que los separan, particularmente le Eucaristía, el Papa y María.

This issue of the Journal of Latin American Theology is dedicated to the memory of C. René Padilla (1932–2021). In “The Life and Legacy of C. René Padilla,” historian Daniel Salinas presents the essential events of René’s life and ministry. In 2008, Darren C. Marks published René’s own account of his theological journey in Shaping a Global Theological Mind. We are grateful to reprint “My Theological Pilgrimage,” in which René described the factors that contributed to his development as a theologian and practitioner. Next, the five children René had with his late wife Catharine Feser Padilla offer a heartfelt overview of their father’s life. A sample of tributes from friends and family members then describes not only René’s writings and mental brilliance but also his humility, hospitality, courage, and gentleness as a mentor. And the three poets included herein give testimony to René’s unflagging dedication to encouraging and publishing other writers across the genres. Next, historian Dinorah Méndez reviews René’s last literary venture, Raíces de un evangelio integral: misión en perspectiva histórica and demonstrates that the primary theological emphasis of René’s life—misión integral—has been practiced by the people of God in their various contexts throughout history. Finally, with the combined efforts of several scholars, we have compiled as complete a bibliography of René’s published works as possible.

Julio Cabrera aúna en este libro sus dos grandes pasiones: el cine y la filosofía. En cada capítulo de este libro Cabrera analiza una o más películas elegidas cuidadosamente para reflexionar sobre una cuestión filosófica central. Aristóteles y los ladrones de bicicletas; Bacon y Steven Spielberg; Descartes y los fotógrafos indiscretos, Schopenhauer, Buñuel y Frank Capra; Nietzsche, Clint Eastwood y los asesinos por naturaleza; o Wittgenstein y el cine mudo son algunos de los ejercicios filocinematrográficos propuestos. Los comentarios de películas que el lector encontrará destacan aquellos puntos del filme que deben contribuir a la instauración de la experiencia vivida de un problema filosófico. Esta experiencia en sí es insustituible y nadie podrá tenerla por uno. Tan sólo señalo los lugares en donde el filme duele, en donde puede aprenderse alguna cosa padeciéndolo. Estamos ante el encuentro no programado y mutuamente esclarecedor entre una actividad milenaria del ser humano y uno de los más fascinantes lenguajes emergentes de los últimos tiempos: 100 años de imágenes tratando de representar 2.500 años de reflexión