En este estudio bíblico, explicamos que Cristo Jesús posee dos naturalezas distintas y que por medio de ellas, se ha estado manifestando a los hombres desde el mismo principio del mundo, tanto para crearnos como para salvarnos.

Este libro da respuesta a cinco preguntas que quiz+ todos se har+n durante su vida. Aunque, las respuestas aqu' contenidas en este libro, no vendr+n de la opini-n, prejuicio o religi-n del hombre. Usted leer+ oenicamente lo que Dios Dice en la Biblia. No hay palabras de hombre; usted solamente leer+ las Palabras de Dios. Ciertamente el hombre ha causado confusi-n con la religi-n; buenas obras y tradiciones humanas. La Palabra de Dios es clara y habla por s' misma. Los cinco cap'tulos de este libro, dan respuesta a estas cinco preguntas.

"God, the world and man are three themes which have exercised the human mind in every culture and every era. This book studies them in the light of Holy Scripture." "A book of scholarship, it is written in a style accessible to people who have no particular familiarity with biblical studies. But it will typically be used as a textbook and work of reference by students of theology." "An introductory chapter surveys the current state of development of biblical theology. The core of the book studies the themes of God, the world and man in the context of salvation history."--BOOK JACKET.Title Summary field provided by Blackwell North America, Inc. All Rights Reserved

No es éste un libro apologético. No pretende que la explosión inicial que dio origen al universo constituya una nueva prueba de la existencia del Creador. Es verdad que las ciencias físicas y astronómicas, que pretendieron dejar de lado la hipótesis -Dios, usan ahora expresiones mucho más próximas a las de los creyentes y, en sus extrapolaciones, llegan a hablar de un principio antrópico que ligaría el big-bang inicial con la existencia del hombre. Pero, al decir que ello no constituye una prueba de la existencia de Dios, no se niega que pueda darnos una imagen increíblemente más próxima, más nítida, más rica de sentido, de ese Dios en el que creemos los cristianos, hasta el punto de obligarnos a hacernos la pregunta que sólo ahora adquiere pleno sentido: ¿por qué tuvo Dios que comenzar el mundo hace quince mil millones de años para, al cabo de ellos, poder decir al pequeñísimo ser humano las palabras del Apocalipsis: Mira que estoy a la puerta y llamo. Si me abres, podré entrar y cenar contigo, y tú conmigo. JUAN LUIS SEGUNDO, jesuita uruguayo nacido en 1925 y uno de los más significativos representantes de la Teología de la Liberación, es autor de El hombre de hoy ante Jesús de Nazaret (3 vols.), Madrid 1982: Teología abierta (3 vols.), Madrid 1984: Teología de la Liberación, Madrid 1985: El Dogma que libera. Fe, revelación y magisterio dogmático, Santander 1989: y La historia perdida y recuperada de Jesús de Nazaret. De los Sinópticos a Pablo, Santander 1991.

Dos son en general los propósitos principales de los mensajes contenidos en este libro: llamar la atención hacia la ética del evangelio, que en nuestro tiempo está siendo dejada a un lado por muchos predicadores, quienes se concentran más, por influencias extrañas al genuino evangelio de Cristo, en el tema del poder de Dios, que, según ellos, está al alcance del creyente con solo creer. Y en segundo lugar, advertir a los creyentes sobre las desviaciones en práctica y doctrina que hoy circulan abundantemente, difundidas por radio y televisión. Ambos propósitos están íntimamente relacionados, por cuanto el hecho de dejar de lado la ética del evangelio es una desviación que lo despoja de su razón de ser, y convierte a los que lo predican en portavoces de un mensaje que no es el de Jesucristo. Los temas del arrepentimiento y del pecado no tienen lugar en ese evangelio, ni el amor sacrificial predicado por Jesús con sus palabras y su ejemplo. Para justificar ese falso evangelio se recurre a interpretaciones antojadizas de la palabra de Dios, cuando no se apela a revelaciones directas por parte de Dios el Padre, de Jesucristo o del Espíritu Santo, que asombran y atrapan a personas ingenuas, muchas de ellas bien intencionadas pero ignorantes de que la revelación de Dios para el hombre está ya terminada, y no es posible ni agregarle ni quitarle, porque lo prohíbe la misma palabra de Dios, la Biblia, que contiene esa revelación.